El primer lapicero, también conocido como bolígrafo, es uno de los instrumentos de escritura más populares en el mundo actualmente. Aunque parezca una invención moderna, su origen se remonta a varios siglos atrás.

Fue en el siglo XIX, cuando algunos inventores intentaron crear un instrumento de escritura que no estuviera basado en la tinta. Entre ellos se encuentra el argentino Juan Jorge Meyne, quien patentó un invento llamado "bolígrafo" en 1816; sin embargo, este instrumento no tuvo éxito debido a que la tinta utilizada se secaba rápidamente y no era duradera.

No fue hasta 1938, cuando el inventor húngaro László Bíró creó el primer lapicero verdaderamente práctico. Bíró utilizó una tinta viscosa y una bola de acero en la punta del instrumento para permitir que la tinta fluyera de manera constante sin manchar el papel. Este invento fue un éxito inmediato y pronto se convirtió en un elemento esencial en la escritura cotidiana.

A lo largo de los años, los lapiceros han evolucionado en diseño y tecnología, pero el principio básico creado por Bíró sigue vigente en la mayoría de los modelos actuales. Actualmente, existen una gran variedad de diseños y tipos de lapiceros, pero la necesidad de tener un instrumento de escritura funcional y práctico permanece intacta, como lo hizo desde los albores del tiempo.